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Fortalecer y ampliar la relación con las masas

15 de enero de 2020

Desde hace meses constatamos que nuestro Partido está recuperando nexos e influencia en varios sectores de masas, en los que durante mucho tiempo desarrollamos actividad política y que, por la acción nefasta del correísmo, se produjo un debilitamiento de nuestra relación con esos sectores. Este cambio positivo obedece a la persistente labor política desarrollada no obstante los ataques, la represión correísta y el chantaje de éste a las masas para que se aparten de las organizaciones políticas revolucionarias y de izquierda, se debe a que no bajamos nuestras banderas de lucha ni claudicamos en los principios y la política revolucionarias.

La consecuencia mantenida por el Partido con sus principios y su política y los cambios producidos en el escenario político del país, para lo que la lucha de las masas ha jugado un papel preponderante, han creado mejores condiciones para la actividad política del Partido, de las fuerzas políticas de izquierda, para las organizaciones sociales y populares en general. Esto es bueno y tenemos que aprovechar el momento no solo para recuperar espacios sino para afirmar y desarrollar nuestra presencia en ellos y penetrar en nuevos sectores. Esto es fundamental para cumplir con el propósito de poner fin al sistema capitalista, acabar con la explotación y opresión y dar paso a la construcción de la sociedad de los trabajadores, el socialismo. El Partido, solo, no podrá cumplir con esta meta si no se apoya en la fuerza de los millones de trabajadores, campesinos, jóvenes, mujeres interesados-as en la transformación revolucionaria de la sociedad.

Para avanzar en este trabajo, una cuestión fundamental es que en todo militante, candidato a miembro del Partido e integrante de la Juventud exista claridad de un asunto vital en la concepción comunista del mundo, de la teoría y práctica de la revolución, esto es el papel decisivo de las masas trabajadoras en la producción, en los cambios sociales, en los procesos revolucionarios, en la construcción del socialismo.

La fuerza vital de la revolución ecuatoriana está en la acción de los trabajadores de la ciudad y el campo, en su organización y lucha, por eso el partido revolucionario debe contar con una política de masas que tenga como uno de sus propósitos alcanzar el protagonismo de las masas en la vida política del país.

En esta política, nuestro Partido tiene establecido un mecanismo de acción que lo hemos calificado como «debate con las masas», que justamente busca motivar una conducta activa de las masas en la discusión de los problemas que la afectan y en los problemas del país, en la definición de alternativas y propuestas, en el establecimiento de mecanismos y acciones para lograr la materialización de las reivindicaciones establecidas.

Debe evitarse que esta orientación se la cumpla de manera formal, esto es, que en los hechos las reuniones o asambleas de los sindicatos, cooperativas, consejos estudiantiles, asociaciones de trabajadores, etc. se conviertan en escenario para el discurso de uno o dos compañeros y la aceptación pasiva de los asistentes. Eso no es debate ni promueve el protagonismo de las masas.

La vida democrática de las organizaciones de masas es vital, nuestro Partido debe promover que eso ocurra y esclarecer a algunos dirigentes de masas que en ocasiones creen que eso solo «entorpece la agilidad en el trabajo» o da espacio para que se difundan puntos de vista contrarios a nuestra política. Los comunistas no tenemos temor al debate, a la confrontación de ideas, a argumentar nuestra política; en medio de la discusión se clarifica el pensamiento de las masas, se alinean en torno de una política correcta porque la entienden en base a los argumentos expuestos.

Un funcionamiento con esas características fortalece a la organización, pues, eleva la consciencia política de sus integrantes, promueve el desarrollo de nuevos dirigentes y eleva el nivel político de los existentes. Así se cumple lo que señalamos en la edición anterior de nuestro semanario: «Este es el estilo marxista leninista en el trabajo con las masas, que debe estar presente en todo momento, pues, centuplica las fuerzas del Partido, profundiza aun más la democracia en su vida interna y fortalece los lazos del Partido con los trabajadores, la juventud y el pueblo».

De esta manera el Partido cumple su papel dirigente y no reemplaza la acción de las organizaciones de masas que, en esencia, esconde una concepción y práctica burocráticas; es el método adecuado para la politización de las masas, para el fortalecimiento del movimiento popular, en definitiva para avanzar en la configuración de un movimiento revolucionario de masas. Claro está que para alcanzar este último aspecto es fundamental la amplia difusión de las ideas de la revolución y el socialismo entre los trabajadores, la juventud y el pueblo, una ofensiva intensa que provoque cambios en la concepción y en la acción de los sectores sociales en los que estamos desarrollando nuestra actividad revolucionaria.


«Se puede reconocer como norma que, mientras conserven el contacto con las grandes masas del pueblo, los bolcheviques serán invencibles. Y, al contrario, en cuanto se desliguen de las masas y pierdan el contacto con ellas, en cuanto se dejen cubrir por la herrumbre burocrática, perderán toda su fuerza y quedarán anulados.

Los griegos de la antigüedad tenían en su mitología un héroe famoso, Anteo, que era, según la leyenda, hijo de Poseidón, dios de los mares y de Gea, diosa de la tierra. Anteo quería mucho a su madre, que lo había dado a luz y lo había criado y educado. No existía héroe al cual no hubiera vencido dicho Anteo. Se consideraba como un héroe invencible. ¿En qué consistía su fuerza? Consistía en que, siempre que se sentía a punto de verse vencido en la lucha contra un enemigo, tocaba la tierra, su madre, que lo había dado a luz y criado, y ésta le infundía nuevo vigor. Pero Anteo tenía su punto débil: era el peligro de verse separado de la tierra. Sus enemigos conocían esta debilidad suya y lo acechaban. Y he aquí que un día, un enemigo se aprovechó de esta debilidad, venciéndole. Este enemigo era Hércules. ¿Cómo lo venció? Lo separó de la tierra y lo levantó en vilo, quitándole la posibilidad de tocar la tierra y ahogándole así en el aire.

A mí me parece que los bolcheviques recuerdan a Anteo, el héroe de la mitología griega. Los mismo que Anteo, son fuertes, porque mantienen contacto con su madre, las masas, las que los dieron a luz, los criaron y educaron. Y mientras mantengan el contacto con su madre, el pueblo, cuentan con todas las posibilidades de ser invencibles».

(Stalin, Sobre las deficiencias del trabajo del Partido)