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Represión, política de seguridad implementada por Correa

20 de julio de 2011

El gobierno de Rafael Correa no ha frenado el incremento de la delincuencia en el país, la inseguridad no ha disminuido a pesar de los ingentes recursos destinados para comprar patrulleros, armas y más pertrechos para la Policía Nacional y los planes de seguridad. Frente a ello, Correa en sus últimas intervenciones públicas ha tenido que reconocer su fracaso, no sin antes intentar justificar la ineficacia de su política en supuestos responsables de fuera de su gobierno. Señala que la inseguridad es culpa de los jueces y que por ello había que “meterle la mano a la justicia”, en la misma línea de deslindar responsabilidades el jefe de Estado Mayor de la Policía, Wilson Alulema, asegura que el gobierno sí tiene una política de seguridad pero para resolver este problema hay que buscar a los responsables “ mirar la formación en los hogares porque no se trata de un problema generado por el actual gobierno”

La afirmación de varios sectores, incluso de los voceros de la burguesía, que señalan que el gobierno de Correa no tiene un política de seguridad para el país, no es real, tal como lo hemos señalado en estas páginas, el presidente ha sido poco creativo en este tema porque al igual que la derecha y sus presidentes: Febres Cordero, Rodrigo Borja, Jamil Mahuad, su política tiene un eje central, la represión, busca eliminar la delincuencia con el endurecimiento de las penas, violando los derechos humanos, implementando programas como el de “nomas impunidad “que establece la compra de información” para capturar a los delincuentes más buscados.

Su “política antidelincuencial” no es integral, no contempla elementos que van más allá de las medidas represivas; una de ellas, la principal, es atacar las verdaderas causas de la delincuencia que no es sino la inequidad que genera el sistema capitalista, pero además es necesario implementar acciones de prevención, planes de seguridad para los barrios, contar con programas de reinserción social etc. Si bien la represión contra la delincuencia, en un momento, es necesaria, la política de seguridad no puede ni debe centrarse solo en ese elemento.

Así lo han hecho en el pasado los gobiernos de turno, la derecha y sus grupos de poder, Jaime Nebot y Madera de Guerrero exigen también de Correa mano dura contra la delincuencia, aunque esto solo sea una medida parche para palear el problema, pues esta política lejos está de resolver el tema de la inseguridad.